lunes, 1 de octubre de 2012

Lo imposible


Llevamos varios días viendo un spot en la tele. Se trata de una película de un director español de moda, con dos de mis actores favoritos. Me ha atrapado. Y estoy deseando poder verla. Con los mimbres que os he contado, es natural. Pero es que el título...ese título también me ha atrapado. No sólo eso, me ha hecho pensar.
Lo imposible, ¿Qué es lo imposible?
Empecemos por su definición. La RAE nos lo define como un adjetivo para aquello que es "no posible", en su primera acepción. Vayamos a la segunda: "sumamente difícil". ¡Vaya! Parece que ya se abre una ventanita de posibilidad. Sumamente difícil añade oposición, pero no inviabilidad, ¿verdad?

Continuemos por nuestra experiencia. Imposible. Yo recuerdo muchos momentos en mi vida en los que pronuncié esa frase. La selectividad, alguna entrevista de trabajo, muchas citas, proyectos que se plantean...que luego se hicieron realidad. Vayamos a nuestro ahora: si hace tres años nos cuentan la situación que estamos viviendo como sociedad y a nivel personal, sin duda muchos -o casi todos- hubiésemos repetido el consabido adjetivo. "¿Sin trabajo yo?, ¡Imposible!", "¿Sin mi paga extra yo?, ¡Imposible!", "¿Que no me voy a ir este año de vacaciones tres semanas?, ¡Imposible!", "¿Mis hijos sin sus clases extraescolares? ¡Imposible!"... y así hasta un sinfín de ejemplos que guardamos en lo más íntimo de nuestras tribulaciones diarias.


Entonces llega la palabra mágica: "Posible". Fijaos  sólo se trata de dos letras. Un prefijo que sólo denota negatividad, contrariedad, inacción. Deshagámonos de él para siempre. Pensemos en las muchísimas ocasiones que lo pensamos y luego la vida nos demostró lo contrario.
Y dejemos que la palabra se quede sin más uso que el de ser el título de una película que seguro nos entretendrá durante un par de horas, para que nada, nada a partir de ahora vuelva a llevar esa etiqueta.

Y como siempre, el marketing nos puede ayudar en este camino. Impossible is Nothing.


2 comentarios:

  1. Inevitablemente recuerdo el día en que desterré las dos primeras letras de imposible. Fue en Barcelona en una reunión en la que uno de mis principales clientes presentaba los nuevos objetivos para los KPIs que debíamos controlar.
    Se trataba de unos objetivos imposibles de alcanzar, que además venían de la mano de un sistema de bonus/malus que podían poner en riesgo la rentabilidad de la cuenta.
    Recuerdo que educadamente elevé mi protesta y mi desacuerdo con las condiciones que allí estábamos tratando
    – Eso es imposible, sentencié
    – Imposible??, imposible no hay nada. Unas palabras firmes que desde el otro lado de la mesa me llegaron como un martillazo en la cabeza.
    Ese mismo año logramos miles de euros en bonificaciones con ese cliente, y durante los años siguientes hemos ido incrementando continuamente las exigencias en los KPIs.
    Hoy en día sigue siendo uno de nuestros principales clientes, y siempre que me reúno con ellos en Barcelona para hacer el seguimiento de los servicios, recordamos aquella reunión de hace años en la que yo aprendí que no hay nada imposible.

    Por cierto, y como último comentario, para alcanzar esos objetivos tuvimos que cambiar. Cambiamos muchas cosas y trabajamos de forma diferente, y desde aquel día no dejamos de cambiar para continuar mejorando las exigencias.

    Perdona el rollo, pero me apetecía compartir esta historia y tú, desde este blog me has dado la oportunidad.

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  2. Querido MP, no sabes lo importante que es conocer tu experiencia. Todos esos "imposibles" que nos han hecho crecer como personas y profesionales. Nada es imposible. Tu y yo lo sabemos, porque nos conocemos desde el colegio y hemos superado mucho en la vida. Por eso, te rindo mi tributo, y te doy las gracias por tu comentario. Gracias MP. Eres grande

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