domingo, 30 de septiembre de 2012

Comprometerse




Vivimos en una época donde la palabra "compromiso" está demodé. Quizás estéis de acuerdo conmigo, puede que no...El compromiso significa alianza, unión, ligazón...y tiene dos variables fundamentales: contrapartidas en ambos sentidos y tiempo.

Podríamos hablar de muchos tipos de compromiso: los más comunes son aquellos relacionados con el mundo emocional. El matrimonio es un ejemplo de ello. La amistad, tener y criar a un hijo, el trabajo....¿El trabajo? ¿Seguro que hablamos de un compromiso?

Esta semana supe que un muy querido y antiguo colaborador abandonaba la empresa a la que había estado ligado al menos en los últimos cuatro años. Abandonaba, no era despedido. Fijémonos en la diferencia. En este caso particular, se trataba de los años que te marcan, los del inicio de tu carrera profesional, aquellos momentos que marcan una vida, aquellas experiencias que se quedan grabadas para siempre...precisamente por ser las primeras. Es algo así como el primer amor. La primera vez que te apasionas por algo, que crees en lo que haces, que defiendes unos valores y sentimientos, ¿lo recordáis? y la primera vez que te decepcionan...¿lo recordáis también? Somos papeles en blanco, papeles lisos, sin arrugas...pero un vez que los primeros renglones son escritos, o que sentimos que nos arrugan y nos tiran a una papelera...ese papel nunca vuelve a ser liso como una tabla de nuevo. Ni aunque lo planchemos. Mejor empezar una libreta nueva...

Muchos hemos vivido situaciones similares, yo diría que todos. A veces lo hemos sufrido en silencio. Otras veces lo exteriorizamos, lo canalizamos, lo soportamos...pero casi nunca tomamos ESA decisión, de escribir un último renglón y empezar una libreta nueva. Y mucho menos ahora. Ahora, especialmente  nosotros los marketers, lo tenemos complicado para encontrar otra pasión, otro nuevo proyecto al que considerar nuestro amante, un nuevo compromiso...la crisis nos lo complica mucho.

Pero nunca olvidemos ese primer amor, lo que nos hacía sentir...¿por qué era así? Porque nos hacía sentir especiales y diferentes. Un trabajo es como un amante. Se lleva tantas horas, tantas ideas, tanta energía...pero nos da mucho a cambio. Crecimiento personal, conocimientos, autoestima, relaciones interpersonales, sabiduría, experiencia,...hasta que deja de hacerlo. Y más en los tiempos que corren.

Este es mi homenaje para aquellas personas que como B. y otras muchas que conozco, se liaron la manta a la cabeza, analizaron el momento de su "relación", y decidieron decir: "Cariño, tenemos que hablar".
Porque en los compromisos las variables "contrapartidas" y "tiempo" han de ir increscendo...al menos lo suficiente como para pagar las facturas.

1 comentario: